En los últimos años hemos visto cómo varios fenómenos emergen con fuerza. Por un lado, el negativo, las consecuencias del cambio climático siguen in crescendo. Iniciativas internacionales como el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible pretenden ponerle freno antes de 2030, pero todo está por ver.
Por otra parte, la positiva, es que la sociedad cada vez está más concienciada en la necesidad de un consumo responsable y sostenible. Ambos fenómenos (el cambio climático y las demandas sociales) son el caldo de cultivo idóneo para impulsar el green retail, un diseño más respetuoso con el medioambiente.
Este 2020 el COVID-19 nos llevó a gran parte de la población mundial a vivir en confinamiento. En muchos países, entre ellos España, la producción industrial se vio obligada a parar ya que en pleno Estado de Alarma sólo aquellas actividades esenciales podían mantener sus puertas abiertas.
Mientras permanecíamos en casa, veíamos a los animales tomar las calles y, además, se reducían los niveles de contaminación. Ahora, meses después, los datos nos demuestran que esa sensación de mejora era un espejismo y tampoco el coronavirus ha frenado el cambio climático.
Más conciencia social
Los consumidores viven desde hace varios años en un cambio de paradigma. Cada vez más personas están intentando frenar ese consumismo masivo que nos lleva a comprar, comprar y comprar. De hecho, según un estudio de OCU y NESI, el 73% de los españoles ya valora aspectos éticos y relacionados con la sostenibilidad en su decisión de compra.
Gran parte de la población es consciente que la forma de compra y consumo puede cambiar el mundo… a peor o a mejor. Por ello, los consumidores son más propensos a un consumo responsable. Sin embargo, hay ciertas barreras que impiden que esta nueva visión del consumo abras las alas completamente.
La falta de información, precios más caros, la accesibilidad a productos sostenibles o la dificultad de encontrar empresas éticas y responsables son las principales trabas que detectan los consumidores.
El 73% de los españoles ya valora aspectos éticos y relacionados con la sostenibilidad en su decisión de compra.
Empresas menos contaminantes y más responsables
Hoy en día, las empresas que quieren ofrecer un valor añadido, diferenciarse y tienen una visión a largo plazo se han dado cuenta de lo importante que es cumplir con las demandas del consumidor en materia de ética, sostenibilidad y medioambiente.
En este sentido, hay algunos datos que no podemos pasar por alto y que por todos son conocidos. Por ejemplo: según la ONU, solo se recicla un 9% de las nueve mil millones de toneladas de plástico que se producen en el mundo. Además, según un informe de Greenpeace, el 43% de la contaminación del planeta proviene de residuos de las tres principales marcas de consumo masivo en el mundo.
Por otra parte, en septiembre de 2010 Kantar publicó un estudio sobre la respuesta del consumidor al desperdicio de plásticos. La investigación ofrecía un dato que pone de manifiesto las demandas de los consumidores: el 48% de las personas espera que sean las compañías quienes actuen como líderes del cambio porque tienen la responsabilidad de fabricar productos que sean amigables con el medioambiente y el planeta en general.
Informes como los mencionados han contribuido a crear una potente conciencia social a favor de un consumo más sostenible.
En este contexto, para las empresas hacer frente a este cambio a favor de un consumo más responsable no es únicamente una cuestión de marketing o imagen. También es una forma de construir o convertirse en un negocio más sostenible y rentable económicamente, reduciendo su impacto y también su consumo energético, etc.
Cada empresa se ha zambullido en la producción y el consumo responsable desde diferentes ámbitos y perspectivas de negocio.
H&M y Danone AQUA, por ejemplo, se han unido en un proyecto con el que transforman restos de botellas PET en moda. Mientras, Mahou se despide de los envases y las anillas de plástico sustituyendo estos materiales por cajas de cartón biodegradable.
Más allá de los cambios en el propio producto y la cadena de producción, también hay compañías que van un paso más allá y llevan la sostenibilidad a todas las facetas del negocio, también al diseño de sus establecimientos, por ejemplo.
Green retail: ¿qué es?
Con todo lo mencionado hasta el momento en este artículo, no cabe duda de que la sostenibilidad en el sector retail ha llegado para quedarse y es un imperativo para las empresas que quieran evolucionar, crecer y permanecer.
Así, hemos podido ver en los últimos años como aparecía una tendencia relacionada con la sostenibilidad: el green retail.
De forma fácil y sencilla, podríamos definir el green retail como una forma de transformar los puntos de venta tradicionales (o crear otros nuevos) teniendo en cuenta como pilar fundamental que sean amigables y respetuosos con el planeta.
El green retail es mucho más. Es también una oportunidad de evolucionar, comprometerse con la sociedad, el cuidado del medioambiente y el futuro de las próximas generaciones.
Formas de introducir el green retail
El green retail es una de las muchas patas de la sostenibilidad. Por ello, también tiene diferentes variantes y aplicaciones, pero desde CAAD vamos a señalar algunas de las más importantes:
- Usar en la medida de lo posible la mayor cantidad de luz natural posible porque la mejor energía es la que no se consume.
- Sustituir la iluminación convencional por opciones LED.
- Utilizar materias primas sostenibles como, por ejemplo, madera certificada.
- Apostar por las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Por ejemplo, un mobiliario (estantes, mostradores, etc) flexible, modular e independiente se puede utilizar en diversos establecimientos, alargando la vida del producto.
- Reducir el packaging para ahorrar en envases innecesarios.
El máximo exponente del green retail: el primer centro comercial ecológico del mundo
Un gran ejemplo de green retail ha comenzado su andadura a finales de 2020. Hace tan solo unas semanas abría en Turín, Italia, un centro comercial ecológico. Se llama Green Pea y con sus 15.000 m2 de hectáreas, su lema es “del deber a la belleza” y se presenta como “un lugar de belleza y respeto para dar a luz una nueva forma de consumir”.
El espacio es totalmente desmontable y se ha construido con materiales reciclados y reciclables, poniendo así en práctica la premisa de dar una segunda vida a los materiales.
Esta filosofía sostenible se ha integrado en todos los ámbitos del centro comercial. Incluso en el nombre: Guisante Verde. Se llama así porque el guisante está considerado una especie de símbolo de respeto porque es tan redondo como la Tierra y al mismo tiempo, es tan verde como debería ser el planeta. Sin duda, un claro mensaje para concienciarnos de que hay que ejercer un consumo más respetuoso y con menor impacto ambiental.
© Copyright. Green Pea.
Conclusión
El cambio climático y la conciencia de una contaminación masiva ha hecho que la ciudadanía abra los ojos y exija a las empresas que sean más responsables, éticas y sostenibles.
La mayoría de compañía han incorporado estas demandas en su core business con la adopción de medidas y compromisos de reducción de emisiones, etc. Sin embargo, ahora vuelve a ser el turno de la sociedad. Es el momento de cambiar nuestra forma de consumir y apostar por productos y empresas más sostenibles y amigables con el planeta. ¿Lo conseguiremos?
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