“Comprar un objeto o una prenda constituyen un viaje, y las zonas de un negocio representan las etapas de este viaje: el escaparate, fundamental entrada a la experiencia; los expositores, el lugar donde se encuentra la marca, el área de ventas y las zonas de conexión” – iGuzzini.
Los días 12 y 13 de Junio 2013 asistimos al workshop dedicado a la iluminación de tiendas de iGuzzini, donde colaboramos aportando diferente material de retail para escenificar el curso.
Dejamos el papel de experto al anfitrión, mientras que nosotros aportamos lo necesario para el buen funcionamiento del workshop: sabíamos qué funciona desde una percepción puramente estética, así que nos interesaba aprender más sobre la iluminación y sus características.
Esto fue lo que aprendimos en el taller de formación, conferencias, debate y Workshop en torno al papel desarrollado por la luz en los espacios comerciales de iGuzzini:
Dividimos la iluminación en tres grupos (principalmente)
1. HALÓGENAS
Por una parte están las reinas de las lámparas: las halógenas. Son las que reproducen mejor el color, aunque consumen en exceso y emiten calor. Podemos encontrar diferentes grados de intensidad y potencia dándonos así amplio abanico de posibilidades, aportando el brillo y protagonismo que merece el producto que vamos a vender o exponer.
2. LÁMPARAS DE DESCARGA
Después encontramos las lámparas de descarga, que a su vez se engloban en 3 categorías distintas:
1. Las lámparas fluorescentes que no dan una luz continua, sino que muestran un parpadeo poco perceptible a primera vista pero incómodo para algunas tareas (no en nuestro caso que es el retail). Inconveniente: es una luz muy difusa, poco concentrada que durante su recorrido se va perdiendo… Aunque con ello se consiguen sombras muy suaves y “atractivas”. Las podemos encontrar con diferentes temperaturas y conseguir ambientes cálidos o fríos en función de nuestras necesidades.
2. Después tenemos las lámparas de sodio, a las que daremos poca atención para el retail, ya que con ellas podemos conseguir muchísimo flujo lumínico pero una reproducción cromática escasa. Para entendernos: con este tipo de lámpara iluminamos calles y fachadas y su color es anaranjado.
3. Halogenuros metálicos. Son ideales para conseguir una gran “chorro de luz” y acentuar los colores cálidos que, en según qué ocasiones, nos pueden favorecer. Inconveniente: tienen un encendido lento.
3. LED
Y por último el LED, el gran heredero del reino. Consume muy poco, y actualmente se consigue un extraordinario flujo lumínico. Tienen una reproducción cromática casi tan perfecta como el halógeno (entre el 85/90), además de conseguir diferentes temperaturas de color. Existen extensivas e intensivas.
En nuestra opinión, los LEDs no tardarán en ser los reyes.
Y a modo de reflexión personal:
“Con todos estos ingredientes se pueden conseguir grandes cosas: desde el éxito absoluto, si conseguimos mezclarlos adecuadamente, al fracaso absoluto si no adornamos bien el pastel con su correspondiente guinda, la luz.”
Antes de despedirnos, agradecer a iGuzzini la oportunidad de formar parte de este evento, donde además de aprender, pudimos colaborar para que este taller resultara un éxito.
Esperamos que este post os haya resultado interesante, y no os perdáis los próximos talleres que anunciaremos en nuestras redes sociales.
¡Os esperamos!